La
prohibición de las “estelades” está teniendo un lado bueno; la
confirmación de la gran cantidad de “bobos” que hay en los
cargos públicos de este país. La deficiencia mental de algunos ya
era evidente, pero, esto, ha servido para confirmar en las ineptas
manos que están los estamentos deportivos y políticos. Lo del
presidente de la liga de fútbol ya estaba claro y lo de la delegada
del gobierno en Madrid es, hasta cierto punto, lógico, lo que no es
normal es que “periodistas” (lo de las comillas es por la
utilización de un calificativo que no merecen y que en muchos casos
ni tan siquiera lo son) con tal de atacar al FC Barcelona y a
Cataluña no defiendan la libertad de expresión, algo primordial en
esta profesión. Están tan cegados en defender a sus amos que
olvidan el principal fundamento de una profesión, qué sin libertad
no puede sobrevivir. Muchos de ellos se han convertido en fieles
escuderos de sus señores, esos que defienden su estatus al precio
que sea, no sea que tengan que volverse honestos y dejen de recibir
“sobres” o subvenciones. Está claro que la prohibición de las
banderas es un acto político, nada tiene que ver con la seguridad ni
con nada que se le parezca. Es un acto más de una subordinada que
quiere escalar puestos agradando a sus amos y tomando iniciativas
que, más que beneficiarles, pueden acabar perjudicándoles
seriamente. El pasado de la delegada del gobierno de Madrid, lo dice
todo y que actúe de esa manera no debería sorprender a nadie, ya se
sabe que los genes tienen su poder, lo que sí debería sorprendernos
es que otros políticos, autodenominados demócratas, no clamen al
cielo ante tal barbaridad.
Según
está señora,la exhibición de la esteleda puede provocar reacciones
violentas, ¿que tiene que decir ante todos los casos de corrupción
de su partido? ¿que se cree que provoca el despilfarro y la
utilización de dinero negro para financiar su partido.
En
fin, que estamos en manos de unos personajes, que en muchos casos,
tienen la inteligencia justa para pasar el día y que nos siguen
manipulando y engañando. Esperemos que el ciudadano abra los ojos y
sea más consciente a la hora de votar.
No
soy ni independentista ni considero la estelada cómo una bandera que
me represente, lo es la cuatribarrada, pero defiendo que cada uno es
libre de llevar los signos que le apetezcan, siempre que sean
legales, cómo en este caso, y que cada uno puede expresar sus
sentimientos de la forma que quiera, cómo si quieren ir con la
bandera pirata.
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